¡¡ Volvemos al Ataque !!

Tras superar problemas personales, volvemos al ataque. Lo que suponía que debía resolverse en dos semanas se ha finalmente alargado mucho más, y ha supuesto que las cosas se han alargado mucho más de lo esperado: les semanas se han convertido en meses, y créanme cuando les digo que lo siento mucho, pero así es la vida. Las cosas, simplemente, se complicaron, y tenía que solventar estas incidencias.

 

La verdad es que mas allá de esto necesitaba también un descanso: primero porque saber que estamos frente a un genocidio mundial como nunca antes se ha perpetrado en la Historia, y ver las prueba de ello día tras día, ver cómo vamos avanzando, aparentemente de forma ineluctable, hacía esa dictadura mundial que desean imponernos, afecta mucho. Es muy difícil de soportar. Pero lo que es más duro aún, es ver cómo intentas salvar allegados y aún asi se inyectan ese brebaje mortal aduciendo que todo lo que cuelgas es falso, que los datos del VAERS o del Eudravigilance son falsos, que los videos de personas testificando de los efectos secundarios de la “vacuna” o de familiares que nos explican su dolor por la pérdida de un hijo, una hija, un hermano, una hermana, un familiar, un amigo, por culpa de la inyección, son actores y que todo es falso. Actores algunos bien pagados parece ser ya que aportan su testimonio desde habitaciones de hospitales, que aparente pueden alquilar, o pueden alquilar el material sanitario, y por lo visto también se han molestado en saber como se coloca y tal. Y me pregunto: ¿ Porque actores harían esa clase de vídeos? ¿Quién les paga para ello, quien tiene interés para tal cosa? Seguramente no los laboratorios que han ganado 15 000 Billones de euros con las “vacunas”, ni los medios televisivos que las promocionan para beneficio de Blackrock y Vanguard, ni de las empresas que se han hecho multimillonarias vendiendo los timo-tests PCR y los bozales de la vergüenza.

 

Ver tanta mala fe, ver que no puedes salvare tus allegados, que barren del reverso de la mano los datos, tan difícilmente conseguidos en estos tiempos de censura, los estudios científicos que avalan la peligrosidad de las “vacunas”, como por ejemplo el informe Campra, por citar el que está de moda, que te nieguen ciegamente hasta la validez de los datos del VAERS, diciendo que son falsos, cuando es un organismo oficial del gobierno americano encargado de registrar los efectos adversos de las vacunas… Todo esto, desalienta.

 

El ver la mayoría de la sociedad aborregada llevando bozales en sus coches, solos, o por la calle cuando ya no es obligatorio, o peor, poner el brazo alegremente, tragarse toda la propaganda y las mentiras de los medios como verdades absolutas, e incluso apoyar y alentar un apartheid sanitario, todo esto desalienta. Y mucho. Inclusive he llegado a replantearme seguir o no con este blog, y su versión Francesa, pues, de que sirve, cuando la mayoría de la sociedad tiene el cerebro lavado, son impermeables a cualquier argumentos pues en verdad no quieren salir su zona de confort y no quieren esforzarse ni en conocer los argumentos / pruebas / datos que se aportan desde la disidencia, ni a buscar la verdad por ellos mismos… Tienen miedo, no quieren saber, no quieren verse obligados a ver la realidad tal y como es y verse forzados a actuar en consecuencia: temen por sus trabajos, sus comodidades, sus “libertades”… las suyas que no las toquen pero en cambio ven bien que se haga un apartheid en base al estatus sanitario, discriminando una parte de la población por ejercer su derecho a no querer ser inoculados… Luego te dicen que están en contra de la discriminación, pero están totalmente de acuerdo para que se discrimine todo un sector poblacional y que se les impida ejercer sus derechos, como por ejemplo ir al bar, al restaurante, al gimnasio, y pronto, como en Francia, en los transportes públicos, los hospitales, etc… Esto, por lo visto, está bien. Contra esto no hay nada que decir. Ven bien la tiranía del Estado que coacciona sus ciudadanos, cual organización mafiosa, para someterlos por medio del chantaje a las libertades, a los derechos, y extorsionar un consentimiento que se supone libre e informado. Este chantaje abominable, al trabajo, a viajar, a vivir, esto, les parece bien. No estoy ni siquiera hablando aquí de que estas inyecciones están diseñadas para genocidar la población, demasiado numerosa, y que inyectarse eso es inyectarse la muerte. No. Estoy hablando de principios, de los principios y valores que se supone sostienen y rigen nuestras sociedades democráticas.

 

Porque otra cosa que me sulfura, y me hunde a veces al pensarlo, es la facilidad con la que la gente cede sus derechos, obedece sin pensar, “protocolos”, “órdenes”, leyes ilegales, como este último atropello a las libertades y derechos que supone el “certificado covid” o “pasaporte sanitario”. ¿Desde cuando mis derechos fundamentales dependen de una inyección? Las leyes ilegales, y/o ilegitimas no deben ser obedecidas y son nulas de pleno derecho. La Constitución Española, en su artículo 14, prohíbe la discriminación, y ¿que hay más discriminatorio que un apartheid sanitario, el cual es, in fine, un apartheid a secas? ¿Desde cuando una ley de rango menor (como el decreto de la Generalitat) obligando al ciudadano a presentar un pasaporte sanitario, el cual acredita que está vacunado, es más importante que una ley de rango mayor, como la de protección de datos, en la cual los datos médicos están especialmente protegidos? ¿Qué pasa con el secreto médico? ¿Acaso el tendero del bar tiene que saber si estoy vacunada o no? ¿Porqué se tolera semejante atropello democrático, esta destrucción en la práctica del secreto médico, esta vulneración de la ley? ¿Cómo es posible que la gente sea tan ignorante de sus proprios derechos y de las leyes de su país? ¿Cómo es posible que asientan como borregos a todos los ultrajes y a cometer o participar en ilegalidades manifiestas? Porque es ilegal que el tendero del bar me pregunte si estoy vacunada o no para acceder a su local, ya que esto y no otra cosa es el famoso Certificado Covid, es revelación de secreto médico, ¿le pregunto yo a él si está vacunado contra el sarampión, o si tiene la gonorrea? Al presentar el famoso “Certificado” todos los amos de bares y restaurantes a los que vaya conocerán mi estatus vacunal, cuando esta información está protegida por el secreto médico, y tengo derecho, en base a la Ley de Protección de Datos, a negarme a facilitar estos datos, que no les incuben al no ser personal sanitario, y ellos cometen delito al preguntármelos.

 

Enfin. Todo esto para decir que he estado muy deprimida estos últimos meses, abrumada por la impotencia, intentar ayudar, salvar, concienciar y preguntarme si sirve de algo tanto esfuerzo al ver el conjunto de las masas con el cerebro insalvablemente lavado. Pero hay tener fe, y seguir luchando. Ahora más que nunca, no podemos abandonar.