Hasta ahora, todos hemos estado centrados en las « vacunas », sus efectos secundarios, su composición, etc., y por lo tanto, uno de los principales elementos del rompecabezas ha pasado por debajo del radar de todo el mundo, a saber, los placebos, ya que estos son una parte importante de la ecuación. De hecho, según personas de la industria farmacéutica cuyo testimonio pude escuchar en la red española, la mitad de las « vacunas » son placebos, lo cual es lógico, ya que en el contexto de un experimento, puesto que se nos utiliza como conejillos de indias en un experimento global para probar terapias génicas, se necesita un grupo de control. En el contexto médico, el experimento se lleva a cabo en doble ciego, porque ni el médico que inyecta ni el paciente que recibe la dosis saben si se trata de un placebo o del producto real: solo el laboratorio que produce el mejunje experimental lo sabe, gracias al número de serie de los lotes, lo que significa que solo unas pocas personas en la empresa son conscientes de cuales son lo números que indican si el producto es o no un placebo. De esta forma, los empleados no saben si el producto inyectado en los viales en la línea de producción es el producto o el placebo, y de hecho, dado que esta información está reservada a muy pocas personas, ello permite mantener una opacidad total sobre el tema.
Además, el hecho de que la mitad de los viales sean por tanto placebos invita al optimismo, ya que supondría que solo la mitad de los inyectados sufriría las consecuencias de la inoculación, como pueden ser coágulos de sangre, problemas neurológicos, muerte… Potencialmente, podemos imaginar que hicieron las cosas bien, y que los « vacunados » fueron inyectados ambas veces con un placebo o el producto, basta para ello mandar en las mismas zonas los mismos productos en cada ocasión, asociando cada área a números de serie precisos lo cuales indican la verdadera naturaleza de la inyección. Pero como el experimento es global y las existencias son gestionadas por los gobiernos, y sus administraciones, ciertamente no sucedió de esa manera, y por lo tanto podemos pensar que entre los « vacunados », muchos de ellos fueron vacunados con dos dosis del producto, o con una dosis de placebo y una dosis de producto , y que por lo tanto, todo ello hace que haya más gente en total que haya sido inyecta con el producto que gente que haya sido pinchada con placebo. Esto no está claro, porque implica que más personas conozcan cuáles son los productos y cuáles son los placebos, lo que implica aumentar el riesgo de filtraciones o revelaciones, en el marco del secretismo relacionado con el plan de genocidio global a través de la « vacunación ». Sin embargo, sospechamos que las élites, las celebridades, en cualquier caso los que tienen los contactos adecuados, por así decirlo, fueron « vacunados » con placebo, lo que es obvio, lo cual implica que más personas saben qué viales corresponden al producto y al placebo aparte de los directivos farmacéuticos.
La idea desarrollada por el usuario Pigeon en un podcast que creó a raíz de una reflexión que hizo en mi blog Francés, que nos explica que el placebo, en un contexto genocida, sirve para escalonar y, por lo tanto, diluir en el tiempo a los muertos, con el fin de ocultarlos al público, o mejor dicho, ocultar que dichos fallecimientos provienen de las vacunas, es lógica, coherente y, en mi opinión, absolutamente correcta. Esto también explica el número de dosis, vinculadas a una supuesta pérdida de inmunidad: de hecho, muchas vacunas tradicionales ofrecen inmunidad de por vida, al menos esto es lo que nos cuenta la industria farmacéutica. Sin embargo, nos damos cuenta, en particular observando los datos de Israel o Inglaterra, que la « inmunidad » desaparece después de unos meses, ocho según los últimos datos oficiales, lo que es coherente en el contexto del Pase Sanitario, ya que este último estará sujeto a una renovación constante, en un contexto de sociedad totalitaria de control digital en el que el ciudadano debe renovar constantemente su lealtad al sistema a través del acto simbólico de la vacunación regular, revalidando así su pase para la vida en sociedad y las (muy) escasas que el pase le proporcionará.
También en este contexto, los placebos toman todo su significado, en particular para proteger elementos útiles para el sistema, como líderes de opinión, periodistas, líderes políticos, banqueros, etc. Como resultado, cuantas más dosis haya, más aleatoria se vuelve la vacuna de la muerte, contribuyendo así a borrar las huellas y a crear una cortina de humo para evitar que podamos conectar con demasiada facilidad las muertes a las « vacunas », y por lo tanto atribuirlas a una nueva enfermedad, como el síndrome PIMS que apareció recientemente de manera muy oportuna… En un contexto eugenésico, la multiplicación de dosis también permite matar a más personas, pero el elemento aleatorio que he descrito introduce un elemento de « moralidad », ya que los individuos sacrificados por el « bien del planeta » se eligen al azar, no son escogidos por criterios étnicos, por género, por clase social, etc. Hay como un efecto de plaga bíblica y natural que a los ojos de los conspiradores eugenésicos les exime de la responsabilidad de sus acciones, por lo cual existe un espacio muy escaso para los que alertamos, como yo en este blog, Coronalocura, porque así, no podremos decir que la verdad se ocultó a las masas, que la gente no estaba al tanto, etc, en definitiva desplazan su culpabilidad echándonos el peso de la responsabilidad encima aduciendo que la gente murió porque no se informó correctamente, que aunque había censura aún así la verdad se podía encontrar en Internet, etc..: como ven, estos asesinos no carecen de cinismo…
El propósito de los placebos también es crear confianza entre los candidatos a la « vacunación », ya que si sus seres queridos que han sido inyectados caen como moscas, el complot se haría inmediatamente visible para todos. Además, el hecho de que este genocidio se lleve a cabo a través de una « vacuna » es bastante coherente, ya que por un lado las vacunas tienen buena prensa en el público mal informado, que es la mayoría de la población, y por otro lado, las muertes y los efectos secundarios se extienden a lo largo de años, o incluso una década, lo que permite escalonar a los muertos en el tiempo y difuminar las pistas. No es baladí que seas monitoreado durante treinta minutos después de la inyección, y que el tiempo oficial relacionado con los posibles efectos secundarios sea de quince días. En primer lugar, el hecho de monitorearte 30 minutos después de la inoculación pretende tranquilizarte, haciéndote creer que el sistema vela por ti y se preocupa por tu salud, pero sobre todo, es el tiempo necesario para que la mezcla experimental pase del músculo al sistema sanguíneo y comience a circular en tu cuerpo. En otras palabras, es principalmente para evitar que alguien consciente tuviera la buena idea de retirar de su cuerpo esta sopa química tan pronto como se lleve a cabo la inyección, saliendo rápidamente del centro de « vacunación » y utilizando un extractor de veneno de serpiente, el cual eliminará una buena parte o cualquier cantidad de la sopa química que acaba de serte inoculada. Tras media hora, es imposible retirar la « vacuna » del cuerpo con ese método ya que la sustancia ya está circulando por el cuerpo y esta ya no está localizada en el punto de inoculación. Por otro lado, el tiempo de quince días está destinado principalmente a la población general, es una barrera psicológica destinada al público común e ignorante del tema de las vacunas, haciéndoles creer que si no ha pasado nada durante estos quince días, es cosa buena, significa que ya no puede ocurrirles nada. Sin embargo, los efectos pueden ocurrir meses o incluso años después, pero obviamente, entonces es mucho más difícil establecer una relación de causa y efecto con la inyección, por ejemplo diez años después: esta ya es la táctica utilizada por big pharma para las auténticas vacunas.
Por último, muchos informes establecen que muchas personas vacunadas, al menos durante un tiempo, nunca se han sentido tan bien en sus vidas: un amigo me señaló esto este fin de semana y me sugirió que los placebos podrían contener sustancias eufórizantes o anabólizantes, lo que de hecho crearía un efecto beneficioso en relación a la propaganda gubernamental para ir a vacunarse, ya que los inoculados les dirían a sus seres queridos que vayan a pincharse, que se « vacunen », que nunca se han sentido tan bien en sus vidas, que las « vacunas » son seguras y que incluso les han mejorado. Para terminar con este tema, también creo que es posible que los placebos no contengan solución salina fisiológica sino 99% grafeno y que el producto real contenga ARNm + grafeno. Esto explicaría por qué el vial de Pfizer analizado por la Quinta Columna contenía solo grafeno y 1% de ARNm, recordemos que un único vial fue analizado por la Universidad de Almeria: no podemos deducir del análisis de un único vial que son todos iguales, ya que hay varías marcas, varios métodos para inocular el ARNm, etc. El problema de la Quinta Columna es que como Ricardo Delgado no cree en la virología, sus creencias personales crean un sesgo en la investigación, sesgo que se ha visto reforzado por el análisis del vial, el cual ha mostrado resultados conformes a la tesis defendida en la Quinta Columna. Desde que empezaron con el tema del grafeno, echaron a la basura el tema de la proteína Spike cómo desinformación, tómando como base que como la información de la protéina Spike y del concepto ARNm venía de las farmacéuticas era forzosamente fraudulento.
Me parece un error y algo prematuro a estas alturas tirar por la borda el tema de la protéina Spike, al que yo llamo « teoría biológica » para diferenciarlo de la « teoría ambiental » defendida por la Quinta Columna: primero porque hay informes médicos, entre los cuales informes de autopsias, e informes científicos independientes, como el del Instituto Salt, que apoyan la teoría biológica y le dan credibilidad, y por otra parte, parece ilógico que en un plan de genocidio mundial cómo el que nos ocupa, los conspiradores lo hayan apostado todo por una única solución, una manera única de exterminar la población, mediante el grafeno y el 5G, máxime cuando la tecnología 5G dista mucho de estar disponible en muchos países del mundo a niveles de antenas (no hay casi 5G en México, en Rusia, en África, en muchos países Sudamericanos, etc), lo cual hace que un control mental y total de la población de todos los habitantes del planeta a día de hoy sea inviable. Las redes de satélites orbitales 5G como la de Elon Musk distan mucho de haber sido implementadas, también. Con lo cual, creo que las dos teorías son complementarias, y que sólo combinándolas podremos acercarnos a la verdad: esta es la linea defendida por Coronalocura a día de hoy, evidentemente si otros análisis de laboratorio independientes muestran que todas la vacunas, independientemente de la marca, solo contienen grafeno, habrá que descartar la teoría biológica del todo.
Pero esto no se ha dado aún y por lo tanto pienso que hay dos estrategias distintas de despoblación en marcha: por un lado la relacionada con el ARNm y la proteína spike, que sería la « vacuna », diseñada para ser 100% fatal, y la del placebo, que sería 100% grafeno. Al contenido de la « vacuna » le añadirían el grafeno en un contexto de magnetofección para diseminar de manera fulminante el ARNm en todo el cuerpo y forzar así la entrada del material genético en el núcleo de la célula. El placebo en cambio sólo llevaría grafeno, es un material que el cuerpo parece eliminar después de tres meses de forma natural, según Ricardo Delgado de la Quinta Columna, pero que te pudre la sangre y por lo tanto te enferma a largo plazo, lo cual también es todo beneficio para Big Pharma. Además, cada inyección de grafeno corrompe cada vez más tu sangre, y por lo tanto también te acerca a la muerte, según un artículo que publiqué aquí recientemente, con lo cual, si cada inoculación te quita dos años de vida en comparación con el límite de tiempo creado por la primera inyección (la primera se supone que te mata después de ocho años), pues morirás después de 4 inoculaciones: todo ello desdibujaría aún más las pistas que relacionan el fallecimiento de una persona con la « vacuna » o el placebo, ya que dirán que si el fallecimiento fuera por culpa de la inyección habrías muerto con la primera dosis, no con la cuarta…
4 août 2021
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